Pues yo (desde un bando contrario por lo que parece) estoy en contra de que se drague el Guadalquivir y creo que si se invirtió mucho anteriormente posiblemente se hizo de forma equivocada. La SE-40 me parece igualmente una continuación del modelo agonizante. El reto está en hacer mejor las cosas, solucionar problemas con obras menos faraónicas y mejores diseños, integrando en el proceso el respeto a los vecindarios y a los ecosistemas. Sevilla no seguirá haciéndose más deslumbrante a base de repetir los mismos errores (asfalto, suburbios, faraonismos). Lo mismo me parece del Tercer Acceso (segundo puente) de Cádiz o de tantas otras obras públicas (todas las autopistas y autovías y trenes de alta velocidad, y aeropuertos). Trenes pequeños convencionales, comarcales. Y en vez de metros subterráneos, tranvías y carriles bus de uso exclusivo. A lo barato y a lo que emplea la pasta en trabajadores en vez de en maquinaria. Como en Curitiba, capital del estado de Paraná (Brasil). ¡Un saludo desde Viena!
(comentao aquí)
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