martes, 22 de marzo de 2011

... más allá del arcoiris



Por lo que sé el multilateralismo murió tempranamente cuando en la primera mitad del vigésimo siglo de la cristiandad la Sociedad de Naciones falló en su empeño de impedir la invasión japonesa de una parte de China llamada Manchuria.
Las actuales Naciones Unidas son reencarnación de aquella Sociedad de Naciones, dos guerras mundiales como partos.
Escucho y leo los argumentos de mis compañer@s de espectro ideológico (extrema izquierda) y me vienen a la mente las imágenes de Neville Chamberlain evitando sucesivamente la nueva guerra en Europa, cediendo Checoloslovaqua, Austria y España al fascismo. Época coetánea de la lucha de Ghandi, según la película que vi, esa tan larga. ¿Qué pasa con la no-violencia activa, con el pacifismo? ¿Qué pasa con lo militar, con las guerras, con la violencia? Túnez y Egipto han tenido muertes. La población civil ha mostrado una madurez insólita. Han sufrido represión policial y violencia. Han respondido a ella pacíficamente... hasta llegar a las imágenes transmitidas mundialmente en directo por AlJazeera del choque a pedradas, palos y caballos, a cócteles molotov, de la Plaza de la Liberación.
La principal estrategia rebelde fue el juntarse. También el organizarse. Por lo que se contó, establecían controles de acceso. Vigilaban que quienes entraran a la plaza lo hicieran desarmad@s. Pedían la documentación. Esto no fue en balde. Los dictadores de Túnez y de Egipto por lo que se cuenta se apoyaron en sus aparatos policiales, y los reforzaron con población reclusa violenta, asalariada para la ocasión. Mercenarios.
Se les vio en esos días en la plaza del Cairo. Pero fue breve. Una ola numerosa contra otra multitud mayor. La población rebelde aguantó, devolvió las pedradas, levantó barricadas de autoprotección y conservó la plaza. Fundamental fue lo que se vió del ejército. Había tanques en las calles. Sobrevolaron aviones de caza. Nada podían. Eran meros adornos. Nada. ¿Cómo atacar a la gente toda? No lo hicieron. Eso les honra.
En Libia no se sabe. La cadena catarí no tenía la presencia que se vio en Túnez y en Egipto. Libia cerrada, Libia extraña.
La información sobre lo que pasaba es contestada actualmente por mi piara. No hubo represión, no hubo manifestaciones, ¿dónde están l@s muert@s?
Vuelvo a preguntar: ¿Cómo saber?
Lo que yo creo saber es que aparentemente dos pilotos de caza libios desertaron con sus aparatos a la isla de Malta denunciando haber recibido órdenes de disparar sobre la población civil. Creo saber que sí que hubo un levantamiento ciudadano, quiero creer que en un comienzo desarmado y pacífico. Creo saber que la represión en Libia fue más allá de lo policial. Que se amplió al uso de lo militar.
De nuevo en AlJazeera información de los hospitales con personal médico asustado del carácter de los daños infligidos por municiones explosivas en víctimas ante las que no pueden ejercer ya curación alguna, a las que no pueden ayudar. Gadafi parece que extrae de Túnez y Egipto la conclusión de que solo la extrema violencia puede preservar su comunitarismo tribal. Un mes de por medio, desde que en un principio se comienza a hablar de zona de exclusión aérea hasta que esto se lleva a cabo. Una primera resolución de la ONU expulsa a Libia de su Consejo de los Derechos Humanos. Podríamos decir que un cachete, tironcito moral de orejas. Un mes de confusión. Imágenes de jóvenes armados en las carreteras y el espejismo de un asalto armado a Trípoli, la caída del régimen. De mientras el hijo odioso (en realidad uno de ellos) dando entrevistas y pavoneándose mientras se destapa que su tesis doctoral en participación ciudadana pudo haber sido falseada. Un gran circo mediático.
Creo que el shock de Japón puso a los gobiernos del planeta en una disposición anímica que explica la anomalía histórica de la Resolución 1973. ¿Cómo entender sino la aquiescencia en proteger civiles, sin invadir? Pero mis compañer@s de la extrema izquierda (me gusta incluirme en lo radical), desempolvan en Málaga el "No a la Guerra". Se visten del verde del libro libio, alguno de ellos.
Yo sé que mi apuesta es arriesgada. Sé que lo más posible es que la mezquindad occidental cotribuya al sufrimiento del pueblo libio con sus medios militares hipócritamente postulados en protección pero orientados a un expolio. Quiero evitarlo.
La población egipcia se defendió con palos y piedras de la agresión gubernamental. El ejercito egipcio veló por que quedara en eso. El único papel de los tanques y de los soldados era no ser usados. En Libia el multilateralismo intenta que los medios militares de destrucción no puedan ser usados. Ojalá que nadie arme más a ninguno de los bandos. Ojalá que el mismo proceso de empoderamiento de las poblaciones de Túnez y de Egipto culmine en Libia. Nuestro papel es claro. Lo que no se consiguió en el siglo XX de la cuenta cristiana ni en el oriente del Mar de Japón, ni en la Segunda República española, ni contra el austríaco infame, que seamos capaces de seguir grafiteando un planeta del cuidado, un planeta del civismo con su autoridad moral incluidas esas figuras antipáticas para la extrema izquierda a la que pertenezco, de la policía y l@s juez@s.

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